La propuesta del presente libro es resultado del trabajo de reflexión y discusión realizado por el grupo de Conocimientos Fundamentales para la Educación Media Superior en el área de Literatura, conformado por Nair Anaya Ferreira, María Teresa Ruiz García, Araceli Ruiz Basto y Alfredo Arnaud.

Nuestro punto de partida fue, sin duda, el reconocimiento de la complejidad de ese fenómeno multifacético que englobamos bajo el rubro de “literatura”, ese conjunto de textos orales y escritos que no sólo conserva la memoria de una comunidad, sino que implica una práctica social cuyas reglas de producción y lectura se transforman histórica y culturalmente. Así, los textos que asumimos como literatura se ofrecen al lector como formas significativas que entrañan distintos modos de comprensión, de representación y de explicación del mundo en sus diversos aspectos.

En ese sentido, el acceso a la literatura no puede realizarse mediante la simple acumulación de información relativa a los nombres de autores, títulos de obras y corrientes literarias, sino que necesariamente debe pasar por la experiencia íntima, vital y transformadora que supone la lectura competente de textos literarios.

Si bien estos textos son construcciones verbales, el lector competente requiere conocer y dominar no sólo la lengua en que dichos textos se expresen, sino –principalmente– las normas y convenciones que rigen el discurso literario, las cuales permiten al lector saber qué y cómo buscar en el proceso de lectura para lograr una comprensión de la escritura. Así, la lectura de un texto como literatura supone poner en práctica un conocimiento implícito y una serie de estrategias que vuelven inteligibles ciertos aspectos de ese texto que, de otra manera, pueden parecer desconcertantes, extraños o indescifrables.

Cuando se habla de comprensión de textos literarios es necesario tener presente que su significado no es una forma ni una esencia que queda definida en el momento de su producción y que constituye una “verdad” oculta que el lector tiene que descubrir y recuperar, sino el resultado de la interacción entre el texto y el lector. Así, el significado literario está constituido por un conjunto de posibilidades al que el texto da origen, en un proceso siempre dinámico.

De ahí que uno de los más grandes retos para la enseñanza de la literatura en el nivel medio superior sea abandonar el conocimiento enciclopédico que ofrecen las historias literarias y centrar los esfuerzos en el desarrollo de la habilidad lectora de los estudiantes, a través de la reflexión y el reconocimiento de los múltiples factores que inciden en “lo literario”, del conocimiento de aquellas convenciones que conforman los distintos géneros y la práctica directa de la lectura de textos literarios.

Lo anterior justifica que nuestra propuesta se centre en una organización por géneros, dándole prioridad a la descripción de las convenciones que los conforman para ofrecer a los estudiantes un mínimo horizonte de expectativas que les permita enfrentar los textos, de acuerdo con su tipo, poniendo en juego su capacidad interpretativa y de reflexión. Al mismo tiempo, se pretende hacer énfasis en procesos de intertextualidad, reelaboración y diálogo con otros códigos inter y extratextuales.

Al privilegiar el desarrollo de la actividad lectora de textos literarios, aspiramos a que la enseñanza de la literatura se convierta en un elemento fundamental para la formación integral de los estudiantes, ya que la literatura constituye una fuente insustituible de experiencia, reflexión y conocimiento sobre el mundo, la sociedad y el individuo mismo.

Resta mencionar que en la elaboración de los materiales participaron Luz Aurora Pimentel (“Teoría narrativa”), Carmen Elena Armijo Canto (“El cuento”), Axayácatl Campos García Rojas (“La narrativa caballeresca medieval”), Romeo Tello Garrido (“La novela”), María Teresa Ruiz García (selección de lecturas y actividades de cuento y novela), Araceli Ruiz Basto (selección de lecturas y actividades de cuento y novela), Liliana Weinberg Marchevsky (“El ensayo”), Óscar Armando García Gutiérrez (“Mito, rito y representación”), Alejandro Ortiz Bulle Goyri (“Fiesta y teatro”) y Norma Román Calvo (“Los géneros dramáticos”).

Adriana de Teresa Ochoa