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I > 1. Problemas
1.1. El problema de los regalos de Arcadio
1.1.1. Una situación de la vida cotidiana
Arcadio no tenía aún una idea clara acerca de qué regalo sorpresa debía comprarle a Úrsula, pero pensó que una vez que estuviera en la tienda, algo se le ocurriría. Desde que entró, en efecto, la isla de joyería de fantasía le dio varias ideas. Podía comprarle una pulsera de cristales, un dije de corazón o un par de aretes. De hecho pensó que no necesariamente tenía que ser un solo regalo; podrían ser varios, siempre y cuando no excedieran los mil pesos que le prestó su madre. Ahora el problema era decidir cuál o cuáles eran los regalos adecuados. Arcadio no tardó en percatarse de la primera dificultad. Había muchas posibilidades: elegir tres y comprar uno (tres posibilidades), comprar dos de ellos (tres posibilidades, dependiendo de cuál elija no comprar), comprar los tres (una posibilidad), e inclusive la salida fácil de no comprar ninguno. Para cada una de estas ocho posibilidades, tendría que calcular si le alcanzaban sus mil pesos. Mientras reflexionaba cuánto tiempo le tomaría evaluar tantas opciones, le surgió una duda: ¿no le había regalado un par de aretes en su cumpleaños hace un año el ex novio de Úrsula? Fue entonces cuando se dio cuenta de que no tenía mucho caso evaluar cada una de las posibilidades antes de conocer los gustos de Úrsula y estar seguro de qué regalos apreciaría más. Después de 20 minutos de no saber qué hacer, decidió hablarle a Diana, la mejor amiga de Úrsula, para preguntarle su opinión. En vez de ayudar a Arcadio a decidirse por alguna de las opciones que había considerado, Diana le dio nuevas alternativas: “¿Qué tal un cd de Robbie Williams o el dvd de la última película de Harry Potter?”, sugirió. Bueno, ahora la cosa estaba peor. En efecto, la idea de Diana era buena y Arcadio encontró fácilmente el dvd de la última película de la saga de Harry Potter y los últimos tres discos de Robbie Williams. Ahora el número de opciones era mayor. En el vértigo que comenzó a sentir, se le ocurrió que quizá sería mejor comprarle cosas pequeñas, pero muchas. Y ya totalmente confundido, pensó que, dado que no tenía idea de qué hacer, mejor aprovecharía para comprarse unos audífonos que le hacían falta y, con lo que sobrara, le compraría a Úrsula el regalo más costoso. |
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