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1.1 ¿Qué es y para qué sirve la literatura?
1.1.7 La pluralidad de significados
Como ya se ha señalado, el lector competente requiere conocer y dominar no sólo la lengua en que dichos textos se expresen sino —principalmente— las normas y convenciones que rigen el discurso literario, las cuales permiten al lector saber qué y cómo buscar en el proceso de lectura para lograr una comprensión del texto. Así, leer un texto como literatura supone poner en práctica un conocimiento implícito y una serie de estrategias que vuelven inteligibles ciertos aspectos de ese texto que, de otra manera, pueden parecer desconcertantes, extraños o indescifrables. Cuando se habla de comprensión de los textos literarios es necesario tener presente que su significado no es una forma ni una esencia que queda definida en el momento de su producción y que constituye una "verdad" oculta que el lector tiene que descubrir y recuperar, sino el resultado de la interacción entre el texto y el lector, de manera que el significado literario está constituido por un conjunto de posibilidades a las que el texto da origen, en un proceso siempre dinámico. Para entender la complejidad de la producción de significados en los textos literarios es necesario hacer referencia a dos conceptos básicos en todo acto de comunicación: denotación y connotación, porque éstos desempeñan un papel fundamental en la literatura. Mientras la denotación se refiere al significado literal o referencial de una palabra, un enunciado o un texto determinado, la connotación rebasa lo denotativo, pues sus efectos complementan, modifican o, incluso, contradicen lo expresado literalmente. La connotación es la fuente de la pluralidad de sentidos o polisemia del lenguaje literario, ya que al desplegar una amplia gama de significados asociados contribuye a la construcción de un significado indirecto y complejo. De lo anterior se desprende que el significado explícito de los textos literarios no es sino una delgada superficie bajo la cual se mueve una realidad de significación más compleja y rica, que se produce por connotación. El significado indirecto o metafórico de la literatura es resultado de la confluencia entre múltiples elementos que pertenecen tanto al discurso artístico como al de otros códigos culturales, permitiendo así al lector relacionarlos con diversos textos, valores e ideas, además de la evocación de sentimientos y emociones. Para ejemplificar la interacción entre denotación y connotación
en la literatura, así como el predominio del significado connotativo,
podemos hacer referencia a la poesía mística de san Juan de la
Cruz. En poemas como "Cántico espiritual" y "Noche oscura",
que a nivel denotativo se refieren a la relación amorosa y sensual entre
dos amantes, podemos ir más allá de ese significado literal y,
por connotación, descubrir la dimensión simbólica de dicha
relación: la experiencia del alma en su unión con Dios. ¡Oh noche que guiaste, La noche a la que hace referencia este poema es, evidentemente, una noche metafórica que expresa una experiencia personal, íntima e inefable. De acuerdo con Luce López Baralt,17 quien ha puesto en relación la poesía de san Juan con la tradición mística musulmana, entre los posibles significados que sugiere, por connotación, del término "noche" están los siguientes:
El carácter ambiguo o polisémico de los textos literarios es una de las principales convenciones de la literatura, resultado de una forma de leer que pone en relación el texto con diversos códigos y contextos, permitiendo así varias interpretaciones de una misma obra. Así, la participación del lector en el proceso de significación de los textos literarios es fundamental, ya que es él quien percibe las diferentes relaciones entre los elementos de la obra y los contextos, y construye su interpretación particular.
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