Tema 1. El cambio de las especies a través del tiempo
La fauna del final del precámbrico estuvo representada por una gran cantidad de
animales de cuerpo blando. Estos especímenes se encontraron en abundancia en
las colinas de Ediacara, localizadas al sur de Australia. Los animales no han sido
clasificados con exactitud, aunque se supone que pertenecen a esponjas, medusas
y ctenóforos.
En el periodo cámbrico (542-488 m.a.), correspondiente al inicio del paleozoico,
se registró una impresionante radiación evolutiva con la aparición de
diversos grupos como briozoarios, corales, braquiópodos, moluscos, artrópodos,
equinodermos y ancestros de cordados, que incluyen especies como Pikaia
gracilens, similar a un anfioxo o a primitivos peces no mandibulados.
En el periodo ordovícico (488-444 m.a.) se diversifican en grandes proporciones
todos los grupos que aparecieron en épocas anteriores. Las especies
ocupan prácticamente todos los nichos disponibles y se desarrollan los primeros
ecosistemas bien establecidos. Especialmente notables son los trilobites, que en
este periodo presentaron una variedad asombrosa de formas, seguramente asociada
a la ocupación de numerosos nichos ecológicos. La riqueza de restos
fósiles de ellos se debe a que fueron los primeros organismos que desarrollaron
un exoesqueleto de calcita que favoreció su fosilización. Los principales depredadores
invertebrados eran las estrellas de mar y los nautiloides. Los pequeños
peces primitivos llamados Agnatha (sin mandíbulas), que hicieron su aparición
durante el cámbrico, florecen en los mares del ordovícico. Este periodo terminó
con una extinción masiva —la segunda—, causada probablemente por una disminución
de la temperatura y del nivel del mar.
En el silúrico (444-416 m.a.) se inicia nuevamente una diversificación de organismos.
Los trilobites acorazados, los amonites y nautilos dominan los mares.
La vida conquistó el medio terrestre en este periodo. Las primeras plantas
terrestres seguramente evolucionaron de las algas verdes. Aún no existían plantas
grandes que pudieran constituir verdaderos bosques. Los animales pioneros
de este nuevo medio fueron escorpiones y artrópodos semejantes a milpiés.
Durante el devónico (416-359 m.a.) las formas de vida predominantes en
los mares eran los peces y algunos invertebrados como los ammonites, que
evolucionaron de los nautiloides. A este periodo se le llama “la edad de los
peces” y en él hicieron su aparición los tiburones.
En el devónico tardío, peces de aletas lobuladas como el Eusthenopteron y
el Tiktaalik (descubierto en 2006) dieron origen a los anfibios laberintodontos
(Ichthyostega). Las aletas pectorales y pélvicas de peces como el Eusthenopteron
se transformaron en patas, que les permitieron salir del agua temporalmente. Las
plantas estuvieron representadas por una amplia variedad de briofitas, helechos,
colas de caballo y, al final del periodo, por las primeras gimnospermas.
En el periodo carbonífero (359-299 m.a.) predominaron condiciones cálidas
y húmedas que favorecieron la proliferación de pantanos y exuberantes
bosques de plantas con esporas, como licopodios, helechos y equisetos, todos
ellos de gran altura. Prosperaron también plantas con semillas —que protegían
al embrión contra la desecación—, como ciertos helechos y coníferas, y abundaban
los anfibios. En esta etapa se establecieron las líneas que llevarían más
tarde a la evolución de los demás tetrápodos, y surgieron los primeros insectos
alados, que dieron lugar a muchos órdenes, como cucarachas, saltamontes, cigarras
y libélulas. Numerosos artrópodos eran gigantescos, como un milpiés de
2 m de largo o la Meganeura, una libélula de 70 cm de envergadura.
Gran parte de la materia vegetal de estos bosques, al acumularse y posteriormente
comprimirse, constituyó depósitos de carbón que alcanzaron en algunos sitios
hasta 900 m de profundidad. A finales de este periodo aparecen los primeros
reptiles, los cuales tenían todavía algunos caracteres de anfibios.
En el periodo pérmico (299-251 m.a.) proliferaron los reptiles, que tenían
varias ventajas sobre los anfibios. Mientras éstos dependían completamente del
agua para completar su ciclo de vida, los reptiles desarrollaron adaptaciones que
les permitieron sobrevivir en ambientes más secos: gruesa piel escamosa que impedía
la pérdida de agua corporal; huevos protegidos con un cascarón que contenía
una provisión de agua para el desarrollo del embrión, y pulmones más
complejos, entre otras características. Entre los diversos grupos de reptiles representados
en este periodo figuran los pelicosaurios, como el Dimetrodon, que
poseía una vistosa vela dorsal, la cual se ha interpretado como un dispositivo de
control térmico. Este grupo es también notable porque dio origen a los terápsidos,
que ya presentaban rasgos esqueléticos de mamíferos.
El final del periodo pérmico y del paleozoico está marcado por la tercera gran
extinción masiva conocida, y probablemente la más extensa y violenta. Desaparecieron
más del 90 por ciento de las especies de animales marinos, incluyendo trilobites,
euriptéridos, corales primitivos y foraminíferos planctónicos. En tierra
desapareció casi 75 por ciento de los reptiles y anfibios. Se estima que apenas cinco
por ciento de todas las especies sobrevivió a la catástrofe.