Tema 1. El cambio de las especies a través del tiempo
La recuperación de la catástrofe pérmica duró, por lo menos, unos 10 millones de
años. Al inicio del triásico la fauna terrestre era muy escasa y uniforme, representada
sobre todo por pocos géneros de reptiles mamiferoides.
El mesozoico se conoce como “la era de los reptiles”, debido a que se registró
una gran diversificación de estos animales: reptiles acuáticos como Plesiosaurus,
Mosasaurus e Ichthyosaurus, todos ellos grandes depredadores que ocuparon
la cumbre de la pirámide trófica marina. Entre los animales terrestres, los arcosauros
son interesantes porque dieron origen, por un lado, a los verdaderos
cocodrilos y, por otro, a los pterosauros (reptiles voladores) y a los dinosaurios,
que evolucionaron a partir de finales del triásico.
Los dinosaurios se clasifican en dos grupos importantes: Saurischia, que
incluye a temibles carnívoros bípedos como Tyrannosaurus y Deinonychus, y a
los grandes herbívoros cuadrúpedos como Apatosaurus y Diplodocus —clasificados
entre los animales más grandes que han existido sobre la Tierra—; y
Ornithischia, dinosaurios herbívoros cuyos representantes más conocidos son
Stegosaurus, poseedor de grandes placas dorsales posiblemente usadas como
termorreguladores, y Triceratops, dinosaurio con cuernos perteneciente a un
linaje que dio origen a los únicos supervivientes del grupo: las aves.
Archaeopterix, del jurásico medio, es importante porque su descubrimiento
evidenció, por vez primera, la conexión entre reptiles y aves. Éste es un fósil excepcional,
ya que muestra claramente la impresión de las plumas. De no haber
sido así, por sus características generales se le habría considerado un dinosaurio
carnívoro.
Durante el triásico (251-200 m.a.) y el jurásico (200-145 m.a.), un grupo de reptiles
mamiferoides radió hacia formas carnívoras y herbívoras. Al final del cretácico
se pueden reconocer los dos grandes grupos en que se dividen los mamíferos:
los marsupiales, similares a los tlacuaches o zarigüeyas, y los eutéridos, mamíferos
placentarios clasificados entre los insectívoros. Se cree que los dinosaurios causaron
la desaparición de los terápsidos y el “estancamiento” evolutivo de los mamíferos
mesozoicos, que mantuvieron un tamaño pequeño.
Entre los abundantes invertebrados acuáticos de esta era se encuentran los
moluscos bivalvos, caracoles, amonites y belemnites, semejantes a calamares, además
de erizos de mar y crustáceos. Muchos de estos grupos desarrollaron gruesos
caparazones y espinas que seguramente constituían una protección contra depredadores
cada vez más hábiles.
Las principales plantas fueron las gimnospermas de los tipos cícadas, ginkgos
y coníferas. Al iniciarse el cretácico se pone en marcha uno de los eventos de
coevolución más interesantes: a partir de un ancestro tipo gimnosperma evolucionan
las angiospermas o plantas con flores y, junto con ellas, se inicia la coevolución
de sus polinizadores, generalmente insectos. Desde entonces, plantas y
polinizadores se han adaptado mutuamente optimizando su función.
La extinción masiva más conocida involucra a los dinosaurios. Ésta es la base
para establecer el límite entre el mesozoico y el cenozoico. Además de los dinosaurios,
se extinguieron en ese tiempo los plesiosaurios, los amonites y los moluscos
bivalvos rudistas, muy abundantes en el cretácico.
Se ha propuesto una gran cantidad de hipótesis sobre las causas de esta extinción
en masa; la más reconocida es la del impacto de un asteroide en lo que
hoy es Yucatán, que originó el cráter de Chicxulub.