¿Cómo podemos mantener un diálogo o debate fructífero con otras personas? ¿Cómo podemos tomar una decisión acertada para lograr nuestros propósitos? Cada uno de nosotros se habrá preguntado alguna vez: ¿por qué debo ser racional? Sobre todo cuando nos damos cuenta de la importancia que tiene llegar a acuerdos con las demás personas con las que nos relacionamos cotidianamente. La pregunta también puede surgir cuando tenemos que hacer decisiones importantes. En estos casos podemos recurrir a la lógica. 
La lógica es un compromiso de racionalidad, y ser razonable en un contexto dado (de diálogo o de toma de decisiones) implica que los involucrados se comprometen a razonar correctamente. Esto significa, relacionar, analizar, definir ideas o realizar inferencias de manera correcta; ejercitarse en la solución de problemas a través del diálogo o la toma de decisiones conforme a procedimientos lógicos y con actitudes proposicionales que cuiden las emociones de los involucrados. 
Esto puede hacerse a través de procedimientos y técnicas lógicos que nos apoyen para seguir alguna(s) de las siguientes estrategias: 
a) Analizar los conceptos involucrados en el debate o en la toma de decisiones y conocer las implicaciones de dichos conceptos. 
b) A través del análisis conceptual identificar las creencias básicas y sus implicaciones para poder pensar correctamente en un diálogo y en un contexto de toma de decisiones específico. 
c) Identificar fortalezas y debilidades en la toma de decisiones en contextos específicos. 
Este tema tiene la función de concretar lo aprendido en los otros tres anteriores y aplicarlo tanto al diálogo y al debate, como a la toma racional de decisiones. Por esto es un tema eminentemente práctico. Los contenidos versan sobre los principios y virtudes del diálogo y del debate racional, y sobre las condiciones para una buena toma de decisiones.