4.3. Toma de decisiones como resolución de problemas
Cuando tratamos de decidir sobre algo importante, como la elección de carrera o en cuál universidad estudiar, podemos considerar que la decisión a tomar es un problema cuando tenemos dudas respecto a las alternativas de solución. Si lo consideramos así o tenemos opciones en conflicto, bien podríamos tomar la alternativa de no hacer nada. Pero, si optamos por resolverlo, lo primero por hacer es determinar a qué clase de problema nos estamos enfrentando.
Un problema representa un estado de cosas no deseado y que se quiere resolver. ¿En qué consiste tal estado de cosas? El primer paso es definir lo más preciso posible la cuestión: ¿Cuál X es Y ? Donde X es lo que necesito para conseguir Y.
Todos hemos tomado decisiones racionales alguna vez y quizá sin darnos cuenta. Lo mejor es aprender el proceso de toma de decisiones para decisiones complejas, importantes y críticas, cuyas circunstancias no favorecen la toma de decisión. Como no debemos equivocarnos en los objetivos que buscamos lograr, es útil preguntarnos: ¿que es lo más importante que estoy tratando de lograr en este caso? El siguiente análisis pretende ser una guía para la toma de decisiones racionales.
Lo primero que debemos determinar es quién o quiénes están involucrados en la toma de decisión ¿Quiénes somos nosotros? ¿Es una decisión colectiva? En función de la respuesta se delibera sobre si se sabe lo suficiente de la cuestión ¿Sabemos lo suficiente? Te proponemos una lista de recursos que hay que considerar en la búsqueda de alternativas de solución.
Pensamiento.
Conocimiento.
Información.
Materiales.
Tiempo.
Humanos o de disposición.
Una vez realizado el análisis, enlistamos las alternativas u opciones que tenemos para la solución del problema o para determinar cuál es la mejor decisión entre todas.