Indice > Filosofía > Anexo > Tema IV > Debate racional y toma de decisiones.
Debate racional y toma de decisiones
4.1. Elementos del dialogo y del debate racional
4.1.1. Diálogo racional

El diálogo genera reflexión, por ello requiere de concentración, tener en cuenta alternativas, escuchar con esmero, prestar cuidadosa atención a las definiciones y significados, reconocer opciones en las que antes no se había pensado y, en general, realizar un amplio número de actividades mentales que no se hubieran realizado si no hubiera habido una conversación.

Las habilidades de razonamiento lógico aplicado nos permiten valorar los argumentos, entendidos como un conjunto de enunciados o proposiciones, emitidos por uno de los involucrados con el propósito de dialogar. Por supuesto, en un diálogo racional, es necesario que cada participante se comprometa, coopere y trabaje para que se cumpla el propósito por el que cada uno participa en él.

4.1.1.1 Habilidades de pensamiento y diálogo

Pensar es el resultado de un proceso cognitivo y el lenguaje es la expresión lingüística del mismo. Pensamiento y lenguaje están íntimamente vinculados. Pensar es la habilidad por excelencia que nos capacita para lograr significados; por esto aprender a leer bien puede contribuir a mejorar nuestra manera de pensar.

Nadie sabe exactamente cómo ocurre, pero el pensamiento está tan íntimamente relacionado con el lenguaje que son muchos los que sospechan que aprender a hablar, aprender a pensar y aprender a razonar están mutuamente ligados.1

Pensar críticamente significa dialogar con argumentos. Walton2 nos presenta la teoría crítica de argumentos en sus contextos como una lógica basada en el concepto de diálogo, de pregunta/respuesta, como una forma de interacción entre los participantes donde cada uno representa un lado del argumento en la respuesta a una pregunta que se debate.

4.1.1.2 Noción de diálogo

El diálogo es un juego lingüístico en el que dos o más participantes intercambian mensajes. Cada uno de los participantes tiene el objetivo de comunicar a su oyente sus opiniones y puntos de vista sobre temas de interés, así como de recibir de éste sus puntos de vista sobre esos temas. Dialogar significa realizar un amplio número de actividades mentales, por ejemplo argumentar.

Argumentar es un juego, es decir una práctica lingüística sometida a reglas, que se produce en un contexto comunicativo y mediante la cual pretendemos dar razón ante los demás o ante nosotros mismos de algunas de nuestras creencias, opiniones o acciones. Las razones que presentamos para justificar un dicho o un hecho pretenden tener una validez intersubjetiva susceptible de crítica, y precisamente por ello, se puede llegar a acuerdos comunicativamente logrados.3

1Lipman, M., La filosofía en el aula, Madrid, Ediciones de la Torre, 1992, p. 71.
2 Walton, Douglas, Informal Logic, Cambridge U. Press, Cambridge, 1989.
3 Miranda, Tomás, El juego de la argumentación, Madrid, Ediciones de la Torre. 1995, p. 16.