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Evaluación de argumentos
2.3. Relevancia en la argumentación

El tema de la relevancia nos ubica no sólo en el argumento sino también en el contexto en el que se genera. Cuando argumentamos normalmente no producimos un único argumento aislado, por el contrario, construimos una serie de argumentos encaminados a sustentar una tesis, resolver problemas o realizar una actividad académica. Éstos son los contextos argumentativos. La relevancia tiene que ver con lo pertinente, oportuno o atinente del argumento respecto del contexto argumentativo. Por ejemplo, en una discusión, la atinencia o relevancia la marca el tema y el propósito de la misma; en cambio, si deseamos resolver un problema la relevancia está dada en función de ofrecer una o más tesis que efectivamente lo resuelvan.

El estudio de la relevancia en los contextos argumentativos ha sido más bien de tipo informal. Su complejidad, que surge de la diversidad de temas y contextos de argumentación, imposibilita establecer reglas precisas como las que nos ofrece la lógica formal. Sin embargo, la lógica informal nos puede proporcionar caracterizaciones generales para contextos argumentativos como: la toma racional de decisiones, la discusión razonada y la solución de problemas.

Aquí sólo podemos indicarte como una pauta general que, para evaluar la relevancia de un argumento, debes ser sensible al contexto argumentativo en el que se ubica y la finalidad que se persigue con él.

Un último aspecto que hay que destacar con respecto a la relevancia en la argumentación es que cuando nos enfrentamos a argumentos que no son de tipo deductivo (que no ofrecen validez), crece en importancia la relevancia de las premisas con respecto a lo que se sostiene en la conclusión. En el contexto de la argumentación no deductiva, la relevancia de la información que nos ofrecen las premisas debe fortalecer su corrección o plausibilidad. Por ello es importante tomar en cuenta que la información de las premisas no sólo nos hable sobre el mismo tema que trata la conclusión, sino también que la información debe venir al caso, ser atinente. Sólo así podemos decir de las premisas que son de auténtico peso para aquello que se afirma en la conclusión.

Como la relevancia depende del contenido, no es difícil apreciar que entre más familiarizados estemos con el tema del que nos hablen, más fácil será para nosotros identificar la relevancia o la falta de relevancia de las premisas y del argumento entero que nos propongan. Entre más controvertible sea la conclusión de un argumento, más obligados estaremos en aportar información relevante para sostenerla.